Los aceites esenciales se administran principalmente por vía tópica principalmente transdérmica (en forma de cremas, pomadas, ungüentos, linimentos, geles o baños), por inhalación con difusores o en gotas y por vía oral (en gotas o capsulas).
Se absorben rápidamente tras administración oral, pulmonar o dérmica y pasan a la circulación sanguínea a través de la cual llegan a los diferentes órganos.
La absorción por vía tópica de los aceites esenciales en forma de masaje sobre la piel, es capaz de atravesar el estrato córneo, llegar a la dermis y de allí pasar a circulación sanguínea. La absorción por esta vía es mas rápida, si los aceites esenciales se encuentran formulados en un medio semiacuoso, como una emulsión o incluso un gel, que si están disueltos en aceites vegetales.
La vía inhalatoria es útil cuando se requiere una acción local o antiinflamatoria. Las sustancias inhaladas, una vez que llegan a los alveolos pulmonares, pueden pasar también a la sangre y distribuirse por el organismo. Esta vía de administración es relativamente segura, es poco probable que la concentración de cualquier aceite esencial o componente alcance un nivel toxico usado en forma de nebulizador.
La administración por vía oral tiene una absorción mas lenta y los niveles plasmáticos son mas bajos, tiene como ventaja mayor precisión de dosis y la biodisponibilidad de los diferentes constituyentes del aceite esencial. Por el contrario, entre los riesgos que puede conllevar la vía oral se incluye la intoxicación por sobredosis, interacciones con otros fármacos y la irritación de la mucosa gastrointestinal.
La mayoría de los componentes de aceites esenciales son metabolizados rápidamente y eliminados del organismo principalmente por vía renal en forma conjugada como glucoronidos o sulfatos y en menor grado son excretados en heces, por vía respiratoria a través de los pulmones, o a través de la piel.
En caso de administración oral, hay que considerar el cambio de composición molecular, especialmente en el caso de alcoholes monoterpenicos (linalol, geraniol, nerol), donde el metabolismo puede transformar algunos de los componentes de los aceites esenciales en productos tóxicos.
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