Los aceites esenciales son ampliamente utilizados en diferentes ámbitos tanto de la industria farmacéutica, alimentaria y cosmética. Cerca de 300 aceites esenciales se encuentran comercializados en todo el mundo, el elevado precio que tienen muchos aceites esenciales ha generado que se produzcan adulteraciones, ya sea por adición de compuestos sintéticos, de aceites fijos vegetales o minerales, disolventes.
Por otro lado, los componentes de los aceites esenciales una vez aislados del medio natural (la planta) son altamente susceptibles de sufrir alteraciones químicas, como reacciones de oxidación, isomerización, polimerización, deshidrogenación que conducen a una perdida de la calidad de estos mismos.
Esto produce alteraciones organolépticas que se traducen en olores desagradables (rancio) o irritantes, cambios de coloración y de viscosidad; pudiendo ser la causa de las reacciones de hipersensibilidad cutánea.
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